Además de ser una de los eventos más esperados en la industria cinematográfica cada año, los premios Oscar traen consigo un importante derrame económico.
Cada año se reúnen en el Dolby Theatre todo tipo de personajes talentosos de la industria para celebrar el reconocimiento a las mejores piezas del año. La espera eleva la barra cada vez más y la premiación se convierte en una de las producciones más costosas que existen en el mercado.
La escena hollywoodense vestida de los mejores diseñadores en el mundo que alcanzan los 1.5 millones de dólares, la producción musical durante el evento, cada estatuilla y los comerciales emitidos durante la transmisión forman parte del espectáculo de La Academia, alcanzando un costo aproximado de $21 millones de dólares, en torno a una estatuilla bañada con oro de 4 quilates.
No es el valor material lo que mueve a millones de personas para conseguir posicionarse en uno de los pocos privilegiados en obtenerla, sino el enorme valor simbólico que representa.
Se calcula que el impacto económico para un actor o actriz en ganarla representa un aumento del 20% de sueldo en su próxima película.
Durante los últimos años México se ha colocado entre los favoritos de La Academia, alcanzando un total de 21 estatuillas que se le atribuyen al país. Este año, con más de 10 nominaciones, no será la diferencia. Esperemos que la escena cinematográfica mexicana continúe siendo protagonista, despertando en el resto del país, la participación internacional del talento mexicano.
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